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| Legislatura: 1888-1889 (Cortes de 1886 a 1890) |
| Sesión: 11 de marzo de 1889 |
| Cámara: Congreso de los diputados |
| Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Sánchez Bedoya |
| Número y páginas del Diario de Sesiones: 66, 1760 |
| Tema: Secreto de los ensayos del Submarino Peral |
Yo siento mucho no poder satisfacer los deseos de mi distinguido amigo particular el Sr. Sánchez Bedoya, porque en este momento no tengo datos bastantes, por lo menos no los tengo presentes, para contestar cumplidamente a S.S.
Lo único que puedo decir al Sr. Sánchez Bedoya es, que el invento de que se trata, como todos los inventos de importancia, sean ellos los que quieran, son objeto de muchas tentativas que con más o menos éxito se hacen, se realizan, se dejan y se interrumpen, para que luego otras tentativas tengan un resultado que no obtuvieron las primeras.
Por consiguiente, yo lo único que puedo manifestar a S.S., pidiéndole permiso para decírselo, es, que, tratándose de ésta, como de cualquier otra tentativa, me parece peligrosa toda discusión; porque si vamos a discutir en el Parlamento, en la prensa y en todas partes, los trabajos, las penalidades, las fatigas, las contrariedades que pasa todo inventor, es evidente que todo invento fracasará. Y en este sentido, yo le pediría al Sr. Sánchez Bedoya que tuviese un poco de clama y un poco de reposo, y que esperase a ver el resultado de estas tentativas que se están haciendo, que por lo menos son inspiradas por el más puro patriotismo.
Si salen bien, tanto mejor para España y para el inventor; si salen mal, no habrá en ello nada de particular, pues no sería la primera tentativa que fracasara, tratándose de asuntos de esta importancia.
Por lo tanto, yo suplico al Sr. Sánchez Bedoya que espere a ver el resultado de los trabajos del Sr. Peral, y cuando este señor haya concluido sus operaciones y sus trabajos, entonces veremos lo que hemos de hacer, y será la oportunidad de discutir acerca de lo que se ha hecho o de lo que se ha debido hacer. Pero entre tanto, permítame el Sr. Sánchez Bedoya que le diga que lo que debemos hacer todos, aquí y fuera de aquí, es alentar al que tiene esos magníficos propósitos, y pedir a Dios que favorezca al Sr. Peral en su empresa; pero además es necesario que todos le ayudemos, porque bueno es aquello de: